José María Covián Zavala

Covián Zabala, José María
Algunas versiones afirman que nació y murió en Mérida, aunque Rubén Reyes Ramírez asienta en su antología La voz ante el espejo que su nacimiento fue en Timucuy y su muerte en la Ciudad de México (6 de abril de 1887-10 de diciembre de 1973). Estudió el bachilllerato en el Colegio Católico de San Ildefonso y se graduó de licenciado en derecho en la Facultad de Jurisprudencia en 1913.
 
En el ejercicio de su profesión de abogado desempeñó el cargo de juez de distrito en Mérida, Villahermosa y Veracruz, además de otros puestos en la judicatura federal como, por ejemplo, agente del Ministerio Público en la Ciudad de México.
 
Perteneció al Partido Liberal Constitucionalista y por circunstancias políticas tuvo que exiliarse. Se unió a un grupo de jóvenes escritores con quienes fundó la Sociedad Artístico-Literaria Lord Byron.
 
Fue colaborador de la revista Artes y Letras, que circuló entre 1905 y 1911, de la que fue director durante un tiempo y que funcionó como órgano de difusión de la sociedad literaria recién mencionada. Otros textos suyos aparecieron en Savia Nueva, La Revista de Yucatán, Diario Yucateco y Diario de Yucatán.
 
Entre sus numerosos poemas pueden mencionarse: Reías, Anhelos, La última orgía de Petronio, Una flor, un beso y una lágrima, Hermano, Entre dos años, Resurrectio, A la augusta memoria del extinto y genial poeta José Peón Contreras y Mérida; este último mereció en 1927 la Flor Natural de los VI Juegos Florales celebrados en esa ciudad.
 
Publicó también los libros: Corona (1906), dedicado a la muerte de su hermana; Emocionario en versos (1911), con prólogo de José Inés Novelo, y Ruta sobre la piedra (1947), con carta prólogo de Ricardo López Méndez e ilustraciones de Fernando Castro Pacheco.
 
Redactó un prólogo para la tercera edición del libro Historia de Welinna. Leyenda yucateca, de Crescencio Carrillo y Ancona, que en 1919 patrocinaron José Domingo Ramírez Garido y Miguel Manzano Moreno en la colección Ariel. En él señala defectos que atribuyó a la inexperiencia juvenil del autor en la época en que la escribió.
 
Escribió letras para composiciones de músicos yucatecos, entre ellas un tango de Ricardo Palmerín. Ermilo Padrón López señala la relevancia de sus aportaciones a la trova vernácula.
 
Referencias:
 
Carrillo y Ancona, Crescencio. Historia de Welinna. Leyenda yucateca. Mérida, Ariel, Biblioteca de Autores Pninsulares, 1010.
 
Peniche Barrera, Roldán y Gaspar Gómez Chacón. Diccionario de escritores de Yucatán..Segunda edición. Cámara de Diputados-Compañía Editorial de la Península, 2003, p. 53.
 
Reyes Ramírez, Rubén (presentación, selección y notas). La voz ante el espejo. Antología general de poetas yuatecos nacidos en el siglo XIX. Tomo I. Segunda edición. Mërida, Gobierno del Estado de Yucatán, 1998, p. 181.

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